Black Butler #8


Se acaba el arco del circo, ¡wiiiiii~~!

En esta nueva entrega Yana Toboso nos ilustra que los sirvientes de la mansión Phantomhive son en realidad personas de armas tomar: Finny tiene superfuerza. Ciel le rescató de una vida paupérrima en la que vivía encerrado y donde sólo salía para realizar peleas ilegales. Mei-Lin es una francotiradora con una puntería y rapidez asombrosas. Tanaka es un buen asesino y Bard es un experto en el uso de las grandes ametralladoras (y armas de fuego en general). Todos los sirvientes luchan contra los circenses, los cuales intentan allanar la mansión para capturar a Ciel. Afortunadamente todos los malos son asesinados, aunque a cambio más de media mansión ha quedado reducida a escombros.

Los encargados de recuperar las almas de los circenses son los shinigami William y Ronald Knox. Éste último, a parte de ser muy apuesto, tiene como guadaña un cortacésped xDDDDDD puto amo

Bajo orden de Ciel, Sebastian se carga al ingeniero loco y a Doll, mientras que el mismo Ciel se carga al Barón Kelvin de un tiro porque tiene malos recuerdos sobre el momento en el que él fue capturado de pequeño. Así que creo que lo hace en plan venganza por el daño sufrido tiempo atrás.

La autora nos relata al menos un pequeño flash-back de los circenses, en la época en la que fueron recientemente acogidos en el hospicio del Barón Kelvin. Da penica pero bah, que se mueran por cabrones.

A partir de aquí Ciel se vuelve loco y empieza a filosofar sobre la esencia del ser humano, sin llegar a tener un discurso lo bastante profundo como para conmover ni a una mosca.

Finalmente hay un capi de relleno en la que una modista loca va a la mansión a coserles trajes a Ciel y a Elisabeth.

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